“La docencia es la única profesión que crea a todas las otras profesiones”- Autor desconocido
Los Juegos Deportivos Departamentales del Valle del Cauca que se desarrollan bajo el auspicio y patronato de la Gobernación del Valle, en su versión XIX en convencionales y II para deportistas en situación de discapacidad, se realizarán como homenaje póstumo a “Miguel Ángel Calero”; se estará conociendo su sede en los próximos días luego de que la Junta Directiva de Indervalle analice las propuestas presentadas por los municipios aspirantes. Al cierre de la convocatoria para postularse como sede, el día viernes 3 de mayo, se presentaron las candidaturas de Palmira y el G6, grupo este último, conformado por los municipios de Calima-Darién, Dagua, Restrepo, Vijes, Yotoco y La Cumbre, unidos para organizar tanto los XIX Juegos Deportivos y los II Paradepartamentales. Palmira, a lo largo de la historia ha sido sede de los Juegos en dos oportunidades: 1962 y 1987; mientras que los municipios del G6 aún no han realizado unos Juegos Departamentales. (fuente hsb noticias). Faltando 6 meses para desarrollarse la cita más importante de la comarca para los jóvenes deportistas, aún estamos a la espera de conocer la sede. Producto de toda esta IMPROVISACIÓN, es que hace rato nuestro departamento no es protagonista.
Departamentos como Antioquia nos han tomado inmensa ventaja. Cada día es más notorio que deportistas de elite del Valle, emigren para otros departamentos, desalentados por el poco apoyo para desarrollar sus competiciones, el último caso es el del esgrimista Carlos Valencia, quien ira a tierras santandereanas. Lo más grave es que no veo a la distancia una posibilidad de mejoría.
La reflexión de hoy la dedico a los docentes, profesores y maestros: Bokuden, gran Maestro de sable, recibió un día la visita de un colega, con el fin de presentar a sus tres hijos a su amigo, y mostrar el nivel que habían alcanzado siguiendo su enseñanza, Bokuden preparó una pequeña estratagema: Colocó un jarro sobre el borde de una puerta deslizante, de manera que cayera sobre la cabeza de aquel que entrara en la habitación. Tranquilamente sentado con su amigo, ambos frente a la puerta, Bokuden llamó a su hijo mayor. Cuando éste se encontró delante de la puerta, se detuvo en seco. Después de haberla entreabierto cogió el vaso antes de entrar, entró, cerró detrás de él, volvió a colocar el jarro sobre el borde de la puerta y saludó a los Maestros. - Este es mi hijo mayor - dijo Bokuden sonriendo. Ya ha alcanzado un buen nivel y va camino de convertirse en Maestro.
A continuación llamó a su segundo hijo. Éste deslizó la puerta y comenzó a entrar. Esquivando por los pelos el jarro que estuvo a punto de caerle sobre el cráneo, consiguió atraparlo al vuelo. - Este es mi segundo hijo- explicó al invitado-, aún le queda un largo camino que recorrer.
El tercero entró precipitadamente y el jarro le cayó pesadamente sobre el cuello, pero antes de que tocara el suelo, desenvainó su sable y lo partió en dos. -Y éste -respondió el Maestro- es mi hijo menor. Es la vergüenza de la familia, pero aún es joven.
