En Brasil se disputó el Campeonato Mundial de Hockey sobre patines rama femenina. La noticia es que tras derrotar 4 goles por tres a la selección de Portugal, el equipo colombiano se trajo el tercer lugar. En ese equipo tricolor estaba Paola Gutiérrez, deportista de Buga que se formó en el Club Huracanes… aquí es donde hay que hacer un reconocimiento a la labor del entrenador Diego Canizalez, quien ha sido un luchador incansable de este deporte, a tal punto de ser tenido en cuenta por la federación para dirigir en alguna oportunidad la Selección Colombia. Pero este trabajo técnico es posible también gracias al compromiso de los padres de Paola y la de los directivos.
De esta forma, el deporte del Hockey gana terreno y Paola se suma a las medallistas mundialistas de Buga, ahora son tres, aquí las recordamos: Deidi Dadriana Jaramillo Otero, Campeona mundial de patinaje; Ofelia Saavedra, Subcampeona mundial de pesas; y ahora Paola Gutiérrez, medalla de bronce en hockey. Felicitaciones a Paola y Familia.
La reflexión no puede faltar, aquí les traigo esta, es sobre el famoso ABEJORRO: Debido al tamaño, peso y forma de su cuerpo en relación con la envergadura de las alas desplegadas, el volar es científicamente imposible para él. El abejorro, ignorando esta teoría científica va y vuela de cualquier manera y hace miel todos los días. Esta estructura mental permite a una persona comenzar cada día con una disposición positiva, como el ascensorista el lunes por la mañana. El elevador estaba lleno y el hombre tarareaba una tonada. Un pasajero irritado por el ánimo del hombre le espetó: «¿Por qué está tan feliz?» «Bueno, señor», replicó el hombre alegremente, «¡Yo nunca he vivido este día antes!» Cuando le preguntaron a Frank Lloyd Wright, a la edad de 83 años, a cuál de sus trabajos consideraría como su obra de arte, contestó: «Al próximo». El futuro no solamente parece brillante cuando la actitud es correcta, sino que también el presente es mucho más placentero. La persona positiva entiende que el viaje es tan agradable como el lugar de destino.
¿Por qué vuela entonces el abejorro? ¿Milagro? ¿Terquedad del abejorro? O será el milagro de la terquedad. Menos mal que el abejorro no sabe nada de aerodinámica, porque si no, se quedaría pensando y diciendo: “Yo realmente no tengo condiciones para volar”. Pero en su ignorancia vuela por terquedad o por milagro. Lo importante es pensar en cuántas veces nos hemos quedado como seres humanos sin comenzar algo, porque otros nos dijeron que no se podía. Vale la pena ser el objeto de la terquedad de un milagro. ¿Usted qué opina?
