“Eureka” Buga tendrá Pista Atlética Sintética


"Un hombre con una nueva idea es un loco hasta que ésta triunfa". Mark Twain.

Terminando el 2012 escribí en esta misma columna que “El día que  Guadalajara de Buga cuente con una pista sintética para la práctica del atletismo, ese día me puedo ir tranquilo de este maravilloso mundo lleno de oportunidades”. Pues bien, el alcalde John Harold Suárez, anunció hace 8 días que el Estadio Azcarate Martínez será dotado con una pista sintética. Si esto se cumple, estaremos dando un paso para que Buga en un futuro tenga un estadio exclusivo para atletismo.  Por el momento me parece un magnífico esfuerzo, pues pasaríamos a ser uno de los poquísimos municipios del Valle del Cauca con este tipo de pista.  ¿En qué nos beneficiaríamos en Buga con una pista de estas?.  Bueno, que las personas que troten o corran allí, protegerán su  aparato músculo esquelético, que los atletas tendrán unas condiciones mejores para hacer su deporte, que seguramente habrá más afición por la práctica de este deporte y mejore la calidad de vida, que se realizarán torneos nacionales y quizás Buga tenga una o varias delegaciones concentradas con motivo del mundial de este deporte en categoría menores, cuya sede es Cali en 2015.  Quiero sugerir un nombre para esta pista, es la de un atleta que me cuentan, fue un deportista con mucha calidad humana y rendimiento en las pistas extraordinarias, él es Italo Pierre Bonis, su especialidad, las pruebas de 800 y 1.500 metros planos.  Él fue figura nacional en la década de los 60. 
Ahora viene la reflexión: Había una vez, hace muy poco tiempo, un grupo de tres jóvenes universitarios que un día pensaron en crear una empresa que produjera equipos de alta definición para exploraciones geosísmicas.  En su empeño, estudiaron el mercado, hicieron el análisis financiero de su proyecto y todo resultó muy viable, había un mercado sin explotar que necesitaba este tipo de herramientas, las proyecciones financieras eran halagadoras y serían pioneros en este tipo de producción. Estos resultados surgidos de su estudio, los animaron a empezar a trabajar en su proyecto. Una vez listo el proyecto y antes de empezar a producir el primer equipo, uno de ellos pensó que sería importante, para desarrollar su proyecto, el apoyo de su universidad, entonces les propuso a sus dos compañeros que llevarán el proyecto a la universidad. Al siguiente día, se levantaron muy temprano para presentar su proyecto en su querida universidad. Primero, lo presentaron a algunos profesores que podrían estar interesados, luego a los decanos y luego a los directivos, pero para su sorpresa, sólo un par de profesores les prestó atención.  Los tres jóvenes emprendedores volvieron a casa pensando que tal vez su proyecto no era tan interesante como ellos pensaban; ya que en su querida universidad no les habían hecho caso.  Pero esa noche, otro de los jóvenes propuso llevar su idea a una entidad estatal que brindaba apoyo a las PYME’s.  Nuevamente, muy de mañana salieron con todo el ánimo a presentar su proyecto en la entidad, pero al llegar, tropezaron con una enorme pila de trámites y se estrellaron contra la inmensa pared de la burocracia, y apenas si lograron dejar una copia de su proyecto, la cual quedó archivada junto a las de otros 16 emprendedores que madrugaron ese día.  De nuevo, volvieron a casa pensando que tal vez su proyecto no era bueno porque en la entidad tampoco les habían hecho caso.  Pero esa noche el último de ellos propuso llevar su idea a una empresa a la que le podría interesar.  Temprano salieron y temprano llegaron a la empresa, en donde una amable recepcionista les preguntó: ¿Tienen cita con alguien?, ¿con quién los puedo anunciar? a lo que ellos respondieron: Gracias señorita, traemos un proyecto de empresa para producir equipos de alta definición para exploración geosísmica, y como sabemos que esta empresa está en el negocio de la exploración petrolera, pensamos que les puede interesar. La señorita muy gentilmente les dijo: discúlpenme, pero si no tienen cita no les puedo permitir su paso, pero si quieren les puedo conseguir una cita con Pedro Pérez, el asistente del asistente del asesor del Ingeniero Rojas, para dentro de... déjeme ver... tres semanas, ¿está bien?, bien, respondieron los tres emprendedores, quienes desilusionados volvieron a casa.  Este "cuento", que no tiene final, aunque suene infantil y fantasioso, suele ocurrir con bastante frecuencia debido al poco apoyo que se brinda, tanto en las instituciones educativas (en las cuales prefieren formar empleados que empresarios), como en los organismos estatales y en la empresa privada a las iniciativas de la gente joven, que aunque no tienen experiencia ni influencias, sí tienen muchas ganas y merecen por lo menos ser atendidos y escuchados.

¡¿Que no le hablen en Chino!