Héctor Jairo saltó a la cancha de la dirección del Imder Buga


No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer. 
Johann Wolfgang Goethe


El especialista Héctor Jairo Parra Romero ex arbitro FIFA reemplaza a la Licenciada María Eugenia Uribe en el cargo de la dirección del IMDER Buga. El profesional lo asumió el pasado primero de agosto de los corrientes.  John Harold Suarez Vargas, alcalde de Buga, deposita en él la confianza para dirigir los destinos de un cargo de suma importancia.  Ahora es el turno para que Héctor Jairo salte a la cancha de la administración deportiva, tendrá que dirigir lo más acertadamente posible en este escenario lleno de oportunidades, para esto deberá  hacerse acompañar de unos buenos asistentes durante los tres años y medio que dura este compromiso.  Por el momento su asistente más próximo es el Licenciado John Jairo Cifuentes, quien ejerce como subdirector, en la parte técnica  de este equipo de trabajo está Edward Roldán.  La familia deportiva que la constituyen: Padres de familia, deportistas, dirigentes, autoridades de juzgamiento  y medios de comunicación especializada, esperan que al terminar este periodo administrativo, el ex juez FIFA haga valer la “escarapela” de su conocimiento.   Éxitos al equipo de trabajo que emprende un camino lleno de oportunidades.
Ahora la reflexión de la semana: Un día, el emperador Akbar y su gran visir Birbal salieron camino de la selva. Iban a la caza del tigre de Bengala. El emperador marchaba delante, pero -¡qué mala suerte!- se disparó el fusil y se hirió en un dedo. El visir Birbal le entablilló el dedo. Mientras lo hacía, le animaba con una serie de reflexiones muy sencillas: -Majestad, nunca sabemos qué es lo bueno y qué es lo malo. Qué sabemos de lo que puede sucederle gracias a la herida. El emperador montó en cólera; no podía aguantar filosofía barata y arrojó a un pozo a su gran visir y siguió su camino por la selva.  Pero le salió al encuentro un grupo de guerreros salvajes que buscaban una víctima digna para ofrecer a sus dioses. Cuando todo estaba preparado para el sacrificio humano, el hechicero se acercó al emperador y en cuanto se dio cuenta de la mano herida, lo rechazó; no se podía ofrecer a los dioses una víctima que no fuera perfecta.  Así fue como el emperador quedó libre de nuevo.
Mientras que Akbar caminaba por el sendero, comprendió la sabiduría de aquellas palabras de su visir: Lo que al principio parecía malo, había sido muy bueno para él.  Lloró de rabia y se inclinó de rodillas delante del pozo donde había arrojado a su fiel amigo.  Pero Birbal no había muerto.  Le sacó lleno de alegría y se arrojó a sus pies pidiéndole perdón. El visir le contestó: “Majestad, no tiene porque pedirme perdón; le debo la vida.  Si no me hubiera arrojado al pozo, nos habrían capturado a los dos; su majestad se habría librado, pero yo sería ahora la víctima del sacrificio”.  Cortesía Coach Paco Bailac. 


¡¿Que no le hablen en Chino!