Nelson Cardona, el escalador deportista de una sola pierna


Definición de  persona EXTRAORDINARIA: Es aquella persona  que está dispuesta a hacer algo extra para superar a las personas ordinarias, es decir a las del común (Camilo Gutiérrez)

El primero de enero de 2010, tuve la oportunidad de conocer a  Nelson Cardona, un extraordinario deportista, en aquella oportunidad estaba reunido con familiares y amigos para contarles cómo había alcanzado la cima del monte Everest, a pesar de su limitación que consiste en que perdió una de sus piernas durante un entrenamiento: “Luché contra mi orgullo, me amputaron la pierna y coroné la cumbre”, dijo en aquella ocasión el deportista digno de admiración. Pero también recuerdo que manifestó: “En el 2013 emprenderé una gesta que me llevará a conquistar 7 cumbres”. Hoy cuando usted lea esta nota, Nelson Cardona, de sangre caldense, llevará 6 días tratando de escalar la cima del Monte Vinson, la montaña más alta de la Antártida, situada a unos 1.200 kilómetros del Polo Sur.  Este macizo tiene unos 21 kilómetros de largo y 13 de ancho, alcanza una altitud de 4.897 metros sobre el nivel del mar.  “Es la montaña más aislada de la Tierra, uno de los sitios más recónditos, será un verdadero reto por las condiciones”, explica el montañista Cardona, quien en el 2006 perdió su pierna tras la infección de unas platinas en su tibia y peroné, que le habían sido implantadas tras una múltiple fractura en una caída por un risco en el Nevado del Ruiz. (colombiano.com).  El equipo que acompañará a Nelson, lo integran Juan Pablo Ruiz (Jefe de Expedición), José Francisco Arata (Coordinador de Comunicaciones), Marcelo Arbeláez (Jefe Técnico), Carlos Gómez (Jefe de Logística), Sergio Vargas (Comunicador) y Juan Pablo Montejo (Camarógrafo). Nelson Cardona y su equipo retarán además de la cumbre, el intenso frio de estas maravillosas montañas.  A la distancia le auguramos muchos éxitos a este CAMPEON que no tiene impedimentos para convertir sus sueños en realidad. 
En esta ocasión, finalizaremos con  esta reflexión: Antes del año 335 A.C., al llegar a las costas de Fenicia, Alejandro Magno debió enfrentar una de sus más grandes batallas. Al desembarcar, comprendió que los soldados enemigos superaban en cantidad a su gran ejército.  Sus hombres estaban atemorizados y no encontraban motivación para enfrentar la lucha; habían perdido la fe y se daban por derrotados. El temor había acabado, en apariencia, con aquellos guerreros invencibles. Cuando Alejandro Magno hubo desembarcado a todos sus hombres en la costa enemiga, dio la orden de que fueran quemadas todas sus naves. Mientras los barcos se consumían en llamas y se hundían en el mar, reunió a sus hombres y les dijo: “Observen cómo se queman los barcos... Esa es la única razón por la que debemos vencer, ya que si no ganamos, no podremos regresar a nuestros hogares y ninguno de nosotros podrá reunirse con su familia nuevamente. Debemos salir victoriosos de esta batalla, ya que sólo hay un camino de vuelta y es por mar... Caballeros, cuando regresemos a casa, lo haremos de la única forma posible, en los barcos de nuestros enemigos”.
¿Cuántas veces la falta de fe, el temor y la inseguridad, el estar atados a lo seguro, nos priva de conseguir nuevos éxitos, nos hace renunciar a los cambios, a los sueños, nos hace negar los anhelos y las metas que están guardadas en lo más profundo de nuestros corazones?; ¿Cuántas veces la seguridad de poseer algo, nos hace renunciar a la posibilidad de conseguir mucho más?; ¿Cuántas veces lo que tenemos fácilmente a nuestro alcance, nos impide crecer, haciendo que la seguridad se convierta en mediocridad, en fracaso y monotonía?. Perseverando, todo puede lograrse. El amor y la fe nos dan la fuerza necesaria para obrar milagros en nuestras vidas, si así lo deseamos. Las personas perseverantes inician su éxito donde otros acaban por fracasar.  Ningún camino es demasiado para un hombre que avanza decidido, sin prisa, pero teniendo claros sus objetivos. Los mejores hombres no son aquellos que han esperado las oportunidades, sino quienes las han buscado y las han aprovechado a tiempo. Hasta pronto. 

¡¿Que no le hablen en Chino!