MEDALLAS DE ORO EN EL DEPORTE DE BUGA






Para lograr el éxito, mantenga un aspecto bronceado, viva en un edificio elegante, aunque sea en el sótano, déjese ver en los restaurantes de moda, aunque sólo se tome una copa, y si pide prestado, pida mucho.

Aristóteles Onassis (1906-1975) Magnate y empresario griego.

Es hora de balances, la temporada termina y las cuentas no se hacen esperar. Tengo que decir después de un concienzudo análisis y después de ver correr los doce meses de este año que mucha gente se esforzó por dar su mejor resultado, otros lo intentaron pero no alcanzaron el objetivo, pero también hay quienes les falta mucho “pelo para moño”, aquí les presento lo que a mi manera de ver sin apasionamientos se presentó, solo ceñido a la máxima objetividad posible.

MEDALLAS DE ORO PARA :

KELLIN TATIANA SÁNCHEZ FLOREZ. (Judo). ANA MARÍA DUEÑAS VALENCIA (Halterofilia).
JOAN ALEXANDER GUZMÁN MOSQUERA. (Judo). La entrenadora Olga Quevedo de esgrima, Gustavo Palau entrenador de Judo, John Edison Rodríguez campeón nacional de esgrima, Padres de familia de estos deportistas, para los patrocinadores que colaboran durante todo el año de una u otra manera. Reflexionemos con la siguiente lectura a fin de conseguir victorias en cualquier campo de la vida, tiene que ver con la paciencia:

No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se impacienta frente a la semilla sembrada, halándola con el riesgo de echarla a perder, gritándole con todas sus fuerzas: ¡Crece, por favor!
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.
Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad,
no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que, un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.
Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas, la planta de bambú crece ¡mas de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento, que iba a tener después de siete años.
Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas y triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.
De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones
estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo.
Y esto puede ser extremadamente frustrante.
En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés y aceptar que “en tanto no bajemos los brazos” ni abandonemos por no “ver” el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo, dentro nuestro…
Estamos creciendo, madurando.
Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente
creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito, cuando éste al fin se materialice.
Si no consigues lo que anhelas, no desesperes…

quizá sólo estés echando raíces…

¡¿Que no le hablen en Chino!