Dos deportes diferentes, un solo fin: Trascender


Jonathan Rodríguez
Sebastián Paredes
Jonathan Rodríguez es un niño que nació en Apartadó (tierra de la campeona Mundial de Salto Triple, Catherine Ibargüen),  hace 3 años está radicado en Buga,   cuenta con sólo 11 años,  ya es Campeón Nacional de Atletismo en la distancia de 600 metros planos, con un extraordinario tiempo de 1 minuto y 41 segundos; esto lo consiguió en  el Torneo Nacional Freskaleche, realizado en Bucaramanga hace 8 días.  Lo más curioso es que entrena en el Polideportivo del Norte, en donde se pasan muchas dificultades por no contar este lugar con una pista de atletismo reglamentaria ni en buenas condiciones; su entrenador Jorge Cañaveral, hace malabares para hacer la preparación de los niños y niñas en ese sector.
A muchos kilómetros de tierra milagrosa… otro Bugueño pero radicado en Venezuela, de nombre Sebastián Paredes, se fue para los campeonatos mundiales de patinaje en Bélgica y ganó medalla de oro en representación de los “chamos”.  Detrás de él hay una historia bien interesante, resulta que hace algún tiempo dos entrenadores de Buga se fueron para Barinas en Venezuela y empezaron a trabajar el deporte del patinaje con un grupo de niños, y en ese proceso estaba este joven que hoy es un Campeón Mundial. Estamos hablando de los entrenadores que llevan el mismo nombre John Jairo Medina y su padre Jairo Medina Puerto.
El mensaje de hoy nos lleva a programarnos positivamente: “Estoy abierto(a) y soy receptivo(a) a ideas nuevas maravillosas.  Permito que la prosperidad entre en mi vida en un nivel en el cual nunca entró. Merezco lo mejor y estoy dispuesto(a) a aceptarlo. Mis ingresos aumentan constantemente.  Dejo la pobreza de pensamientos para entrar en la prosperidad de pensamientos.  Me amo a mí mismo(a) y me regocijo en quien soy, porque sé que la vida está aquí para mí y me proporciona todo lo que necesito.  Me muevo de éxito en éxito, de alegría en alegría y de abundancia en abundancia. Tengo el poder de quien me creó, y expreso para mí mismo(a) la grandeza que soy.  Soy una expresión de la vida divina y magnifica y estoy abierto(a) y receptivo(a) a todo lo bueno.  Así es. Gracias Amado Universo”.


¡¿Que no le hablen en Chino!