Sencillamente una visita mundial a Buga


El pasado sábado 26 de mayo de 2012 estuvieron en Buga dos campeones mundiales de patinaje Brigitte Méndez y Juan Nayib Tobón.  Ellos fueron invitados por el estudiante de educación física y entrenador de este deporte Sergio Cardona, avalado por los clubes First Skaiting y Patín Club.  Los dos deportistas compartieron con los niños y niñas practicantes del patinaje y con los padres de familia una capacitación teórico practica.  Estas actividades son muy saludables en una ciudad en donde el patinaje ha cobrado mucho interés. Recordemos que Brigitte Méndez es campeona de patinaje con 13 títulos mundiales y Juan Nayib Tobón con un título mundial, ellos estuvieron presentes en Buga exponiendo sus vivencias, sus éxitos, sus conocimientos técnicos.  Quiero felicitar a los técnicos que aprovecharon esta capacitación, a los padres de familia, niños y jóvenes patinadores que también asistieron a tan enriquecedora experiencia.  Lo que más me gustó ¿saben qué fue?, que a pesar de tener tantos títulos encima, ellos dos son SENCILLOS.
Ahora la reflexión que está muy buena, juzguen ustedes: La historia ambientada en la década de 1890 que a continuación van a leer, está basada en un hecho de la vida real, fue escrita en inglés por Malcolm Forbes y trata sobre cómo una pareja de campesinos, mal vestidos; ella con desteñido vestido algodón barato y su esposo con un raído traje, osaron entrevistarse con el Presidente de la Universidad de Harvard.  Decidieron subir al tren con dirección a Boston; al llegar a esa ciudad norteamericana, caminaron tímidamente sin tener cita a la oficina de la secretaria de quien entonces dirigía los destinos de la prestigiosa universidad.  La secretaria adivinó en un momento que esos campesinos venidos de los bosques no tenían nada que hacer en Harvard, en momentos en que se inició el diálogo. - Desearíamos ver al presidente - dijo suavemente el hombre. - El estará ocupado todo el día - indicó la secretaria con énfasis despectivo. - Esperaremos - replicó la mujer.  Por horas la secretaria los ignoró, esperando que la pareja finalmente se desanimara y se fuera.  Ellos no lo hicieron y la secretaria vio aumentar su frustración y decidió interrumpir al Presidente, aunque era una tarea que ella siempre esquivaba.  Tal vez si usted conversa con ellos por unos minutos, se irán - le dijo.  Él hizo una mueca de desagrado y asintió.  Alguien de su importancia obviamente no tenía el tiempo para ocuparse de ellos y él detestaba los vestidos de algodón barato y los raídos trajes en la oficina de su secretaria.  El presidente, con el ceño adusto y con soberbia, se dirigió con paso arrogante hacia la pareja.  La mujer le dijo - tuvimos un hijo que asistió a Harvard por solo un año, él amaba a Harvard, era feliz aquí; pero hará un año, murió de fiebre tifoidea.  Mi esposo y yo deseamos levantar un memorial para él en alguna parte del campus.  El presidente no se interesó, él estaba en shock. - Señora - dijo ásperamente, - no podemos poner una estatua para cada persona que asista a Harvard y fallezca.  Si lo hiciéramos, este lugar parecería un cementerio. - ¡Oh no! - exclamó la mujer rápidamente. - No deseamos erigir una estatua, pensamos que nos gustaría donar un edificio a Harvard.  El Presidente entornó sus ojos, echó una mirada al vestido de algodón barato y al traje raído y entonces exclamó - Un edificio, ¿tienen alguna remota idea de cuánto cuesta un edificio?, hemos gastado más de siete millones y medio de dólares en los edificios aquí en Harvard.  Por un momento la mujer quedó en silencio.  El Presidente estaba feliz, tal vez se podría deshacer de ellos ahora.  La mujer se volvió a su esposo y dijo suavemente - ¿eso es todo lo que cuesta iniciar una universidad? ¿Por qué no iniciamos la nuestra?. Su esposo asintió.  El rostro del Presidente se oscureció en confusión y desconcierto.  El Señor Leland Stanford y su esposa se pararon y se fueron, viajando a Palo Alto, California, donde establecieron la universidad que lleva su nombre, en memoria de un hijo del que Harvard no se interesó, Leland Stanford Junior University, este es el nombre oficial de la Universidad, más conocida como Universidad Stanford, abrió sus puertas oficialmente el 1º de octubre de 1891.  Localmente es conocida como La Granja (The Farm), debido a que la universidad está situada en lo que fuera la granja de cría de caballos de Leland Stanford.

¡¿Que no le hablen en Chino!