En este planeta de todo puede ocurrir y qué buena esta noticia, porque la idea es que el ser humano se ponga en movimiento de cualquier manera, siempre y cuando no cause traumatismos como ocurre con un japonés que corre con los brazos y las piernas, rompió su propia marca mundial Guinness en la prueba de los 100 metros planos. Kenichi Ito cubrió la distancia en 16.87 segundos, medio segundo menos que su anterior tiempo, de 17.47 segundos, que impuso en 2012. El japonés, de 30 años, ha entrenado durante una década para efectuar este tipo de prueba. Imitación diaria. Ito, quien estudia en libros, videos y visitas a zoológicos, la manera como se desplazan los primates, incluso intenta imitarlos a diario moviéndose en cuatro patas. El japonés expresó confianza en que la carrera en cuatro extremidades se convierta algún día en una competición oficial de atletismo. El juez oficial de las Marcas Mundiales Guinness, Carlos Martínez, quien fungió como testigo de la prueba, anunció que Ito había logrado nuevo récord. El joven nipón aprendió ese estilo de carrera fijándose en los monos africanos y desde hace diez años practica desplazarse como lo hacen los primates. Kenichi Ito es foco de atención por la forma en que realiza su carrera. Un segundo menos: El japonés impuso una nueva marca, de 16.87 segundos, contra los 17.87 que había impuesto en 2012.Escogí para hoy esta reflexión, porque lo que se necesita para triunfar es aferrarse a una idea y entrar inmediatamente en acción con mucha entrega y disciplina: A Caruso, el famoso tenor, le dijo su maestra de música: “Tu voz es como el ruido del viento en las persianas”. Dictamen injusto, sin amor para un pobre niño que se esforzaba por cantar. Pero su madre secó las lágrimas de aquel niño y le convenció de que sería un gran cantor. Descalzo acudía a sus clases para ahorrar zapatos y pagar su cuota. Y fue el mejor tenor de su tiempo. Por fortuna no todas las maestras de canto y de otras materias piensan como aquella. Gracias a ellas hay muchos Carusos.
Felicitaciones a Luis Mario Gonzales, técnico de fútbol de salón nacido en Guacarí, pero hecho como técnico en Buga, quien se coronó campeón mundial con la selección femenina colombiana, venciendo en la final a la vino tinto de Venezuela, con marcador de 3 goles por 2.
