"La recompensa del trabajo bien hecho es la oportunidad de hacer más trabajo bien hecho." Jonas Edward Salk Perfil de la licenciada Marlene Severino Berrio quien fue condecorada el día martes 29 de marzo de 2011 por la asamblea departamental del Valle en la celebración de los 100 años de esta corporación. Licenciada en educación física, Recreación y deportes de la UCEVA Tulua Administrador público de la Escuela Superior de Admón. pública ESAP Especialista en Educación Física y Sagrada Escritura de la Universidad LUMEN GENTIUM Servicio a la comunidad Bugueña y departamento del Valle del Cauca. Asesora del programa " YO TAMBIÉN PUEDO" para invidentes 1971-1982 Coordinación de la campaña nacional de alfabetización y post alfabetización durante 4 años 1983 a 1987 en Guadalajara de Buga. Coordinadora de la campaña nacional de alfabetización "CAMINA" en Buga Líder en proyectos de beneficio a la comunidad en barrios marginados de Buga Autora de libros relacionados con su quehacer educativo y de servicio social Actualmente es docente en la Institución Educativa Manuel Antonio Sanclemente desde el 2002 hasta la fecha También ejerció en la Institución Educativa Narciso Cabal Salcedo ( Antes liceo departamental mixto) Ex atleta, pionera de este deporte en Buga en las pruebas de velocidad La verdad no alcanzaría a resaltar aquí todo lo que ésta valiosa mujer ha hecho por la Ciudad Señora, quienes la distinguimos podemos dar fe a ciegas que es de esas profesionales muy difíciles de encontrar en el mundo laboral actual por su entrega, compañerismo, calidad y sobre todo porque ella es EXIGENTE con ella misma y con sus alumnos. Felicitaciones a la profesora Marlene Severino que recibió la distinción de manos del Diputado José Fabio Rojas Giraldo, Oriundo del vecino municipio de San Pedro. Para ella busqué este fragmento de la oración a la maestra cuya autora es la poetisa Gabriela Mistral : Señor ! Tú que enseñaste, perdona que yo enseñe; que lleve el nombre de maestra, que Tú llevaste por la Tierra. Dame el levantar los ojos de mi pecho con heridas, al entrar cada mañana a mi escuela. Que no lleve a mi mesa de trabajo mis pequeños afanes materiales, mis mezquinos dolores de cada hora. Aligérame la mano en el castigo y suavízamela más en la caricia. ¡Reprenda con dolor, para saber que he corregido amando!. Haz que haga de espíritu mi escuela de ladrillos. Le envuelva la llamarada de mi entusiasmo su atrio pobre, su sala desnuda. Mi corazón le sea más columna y mi buena voluntad más horas que las columnas y el oro de las escuelas ricas.
