"Hay dos tipos de educación, la que te enseña a ganarte la vida y la que te enseña a vivir". -Anthony de MeloEste 15 de mayo se celebra en Colombia el Día del Maestro, por eso quiero hoy decir lo siguiente:
Cada día es un nuevo aprendizaje, cada acto tiene consecuencia; y cada ser tiene el derecho a ser educado desde sus primeros días de nacimiento, hasta el final de su existencia.
Todo este proceso que implica el desarrollo humano en todas sus fases, implica una educación del movimiento que viene a ser la primera manifestación del pensamiento. Según lo planteado por Piaget "la motricidad interviene a diferentes niveles en el desarrollo de las funciones cognoscitivas, todos los mecanismos cognoscitivos reposan en la motricidad". Hoy en día siguiendo los postulados de Piaget y otros estudiosos del movimiento humano, justifican la importancia del profesional de la Educación Física, la Recreación y el Deporte como un formador, educador, promotor y gestor de cambios en la cultura física y deportiva de las comunidades.
Actualmente con la globalización y la aparición de múltiples tendencias y corrientes pedagógicas, y con el avance tecnológico, es cuando con mayor vehemencia debemos liderar y defender los programas y proyectos educativos que posibiliten un aporte significativo de la actividad del docente en Educación Física, los formadores deportivos, los entrenadores, dirigentes, gobernantes, recreadores y todas las personas que desarrollen una labor formadora en este campo para rescatar el valor de la clase como espacio no solo de esparcimiento y lúdica, si no también como un instrumento pedagógico transversal que contribuya no solo al desarrollo fisco y deportivo, si no que permita el aprendizaje y el desarrollo del pensamiento creativo, la disciplina de vida, el fomento de valores, la formación estética y procesos de socialización teniendo como entorno la familia, la escuela, la comunidad, y sobre todo muy importante la relación estrecha con el medio ambiente, su cuidado y conservación, para decir de esta manera que el Educador Físico a través de su quehacer pedagógico enriquece la cultura y calidad de vida su comunidad. (Cortesía Fernando Díaz)
Finalizo con esta oración de los niños al maestro
Maestro, tu que haz de plasmar mi alma y modelar mi corazón, compadécete de mi fragilidad.
No me mires con ceño adusto si no te comprendo, ten paciencia.
No te moleste mi bulliciosa alegría; ¡compártela!
No atiborres mi débil inteligencia con nociones superfluas.
Enséñame lo útil, lo verdadero, lo bello.
Trátame con dulzura, Maestro, ahora que soy pequeño.
Cuántos dolores me esperan en la vida: En medio de ellos, el recuerdo de tu benevolencia será estímulo bienhechor.
No me riñas injustamente...Ámame, Maestro, que yo también, aunque no sepa demostrártelo, te amaré mucho, mañana más que hoy.
Cultívame, Maestro, como un jardinero sus flores.
Y yo perfumaré tu existencia con el incienso perenne del recuerdo y la gratitud.
Maestro, buen Maestro, que haz de dar luz a mis ojos, aliento a mi cerebro, bondad a mi corazón, belleza a mi alma, verdad a mis palabras, rectitud a mis actos; ¡Maestro no desoigas mi oración! Por el padre sacerdote Walter de Jesús Zapata Velásquez. Felicitaciones docentes, profesores y maestros.
Cada día es un nuevo aprendizaje, cada acto tiene consecuencia; y cada ser tiene el derecho a ser educado desde sus primeros días de nacimiento, hasta el final de su existencia.
Todo este proceso que implica el desarrollo humano en todas sus fases, implica una educación del movimiento que viene a ser la primera manifestación del pensamiento. Según lo planteado por Piaget "la motricidad interviene a diferentes niveles en el desarrollo de las funciones cognoscitivas, todos los mecanismos cognoscitivos reposan en la motricidad". Hoy en día siguiendo los postulados de Piaget y otros estudiosos del movimiento humano, justifican la importancia del profesional de la Educación Física, la Recreación y el Deporte como un formador, educador, promotor y gestor de cambios en la cultura física y deportiva de las comunidades.
Actualmente con la globalización y la aparición de múltiples tendencias y corrientes pedagógicas, y con el avance tecnológico, es cuando con mayor vehemencia debemos liderar y defender los programas y proyectos educativos que posibiliten un aporte significativo de la actividad del docente en Educación Física, los formadores deportivos, los entrenadores, dirigentes, gobernantes, recreadores y todas las personas que desarrollen una labor formadora en este campo para rescatar el valor de la clase como espacio no solo de esparcimiento y lúdica, si no también como un instrumento pedagógico transversal que contribuya no solo al desarrollo fisco y deportivo, si no que permita el aprendizaje y el desarrollo del pensamiento creativo, la disciplina de vida, el fomento de valores, la formación estética y procesos de socialización teniendo como entorno la familia, la escuela, la comunidad, y sobre todo muy importante la relación estrecha con el medio ambiente, su cuidado y conservación, para decir de esta manera que el Educador Físico a través de su quehacer pedagógico enriquece la cultura y calidad de vida su comunidad. (Cortesía Fernando Díaz)
Finalizo con esta oración de los niños al maestro
Maestro, tu que haz de plasmar mi alma y modelar mi corazón, compadécete de mi fragilidad.
No me mires con ceño adusto si no te comprendo, ten paciencia.
No te moleste mi bulliciosa alegría; ¡compártela!
No atiborres mi débil inteligencia con nociones superfluas.
Enséñame lo útil, lo verdadero, lo bello.
Trátame con dulzura, Maestro, ahora que soy pequeño.
Cuántos dolores me esperan en la vida: En medio de ellos, el recuerdo de tu benevolencia será estímulo bienhechor.
No me riñas injustamente...Ámame, Maestro, que yo también, aunque no sepa demostrártelo, te amaré mucho, mañana más que hoy.
Cultívame, Maestro, como un jardinero sus flores.
Y yo perfumaré tu existencia con el incienso perenne del recuerdo y la gratitud.
Maestro, buen Maestro, que haz de dar luz a mis ojos, aliento a mi cerebro, bondad a mi corazón, belleza a mi alma, verdad a mis palabras, rectitud a mis actos; ¡Maestro no desoigas mi oración! Por el padre sacerdote Walter de Jesús Zapata Velásquez. Felicitaciones docentes, profesores y maestros.
