Héctor Jairo Parra le dijo adiós al arbitraje

Esperar duele. Olvidar duele. Pero el peor de los sufrimientos es no saber qué decisión tomar.  Paulo Coelho


Una lesión insuperable desencadenó que el arbitro Licenciado Héctor Jairo Parra Romero oriundo de Buga le dijera “no voy más en el arbitraje Colombiano”.  El pasado fin de semana después de no aprobar las pruebas físicas obligatorias antes de iniciar la liga del fútbol profesional colombiano, Héctor Jairo tomó esta difícil determinación.  Héctor Jairo en su recorrido alcanzó la máxima distinción al acceder a la escarapela F.I.F.A.; la cual mantuvo durante varios años. Quiero destacar en él su profesionalismo, destacadas actuaciones en el fútbol colombiano e internacional, el lustre que le dio a Guadalajara de Buga y también su capacidad para tomar esta determinación que lo aleja de su principal pasión.  Ahí queda una buena huella para que los jóvenes árbitros de Buga sigan el camino y algún día igualen o superen a Héctor Jairo. 
Quiero rematar este espacio con una metáfora: Cuenta la leyenda que el rey de una lejana comarca un buen día recibió en obsequio: Dos pequeños halcones y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenase.  Al cabo de algunos meses, el rey pidió informe al maestro cetrero acerca del entrenamiento de las valiosas aves.  El maestro le informó que uno de los halcones respondía perfectamente al entrenamiento, pero que el otro no se había movido de la rama donde lo dejó desde el día de su llegada.  El rey mandó a llamar a curanderos y sanadores para que vieran al halcón, pero nadie pudo hacer volar al ave. Entonces decidió encargar la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió….  En un acto de desesperación, el rey decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una jugosa recompensa a la persona que hiciera volar al halcón. 
A la mañana siguiente, vio al halcón volando ágilmente frente a las ventanas de su palacio.  El rey le dijo a su corte, Traedme al autor de este milagro.  Su corte rápidamente le presentó a un campesino.  El rey le preguntó: ¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres mago?.  Intimidado, el campesino le dijo al rey: No fue magia ni ciencia, mi Señor, sólo corté la rama y el halcón voló.  Se dio cuenta que tenía alas y empezó a volar.  Las crónicas narran que desde entonces el halcón voló libre y sin restricción alguna y el rey simplemente disfrutaba de su vuelo… 
¿Y tú, a qué estás aferrado que te impide volar? ¿Qué es eso de lo que no te puedes soltar?
Vivimos dentro de una zona de comodidad donde nos movemos y creemos que eso es lo único que existe.  Dentro de esa zona está todo lo que sabemos y todo lo que creemos.... Convivimos con nuestros valores nuestros miedos y nuestras limitaciones.  En esa zona reina nuestro pasado y nuestra historia.  Tenemos sueños, queremos resultados, buscamos oportunidades, pero no siempre estamos dispuestos a correr riesgos.  No siempre estamos dispuestos a transitar caminos difíciles.  Deja de aferrarte a tu propia rama y corre el riesgo de volar más alto. Hasta pronto.

¡¿Que no le hablen en Chino!